miércoles, 15 de diciembre de 2010

EN EL ISSSTESON TIENEN UNA EXTRAÑA MANERA DE ATENDER A LA GENTE

Miguel Ángel Avilés
avilesdivan@hotmail.com

En el Isssteson tienen una extraña manera de atender a la gente: a los que están enfermos con un padecimiento crónico o enfermedad preexistente y necesitan el servicio, se lo niegan. Los que entran sanos, es decir, con un problema de salud controlable, se les agravan o lo que es mucho más lamentable: se les mueren.

En ninguno de los dos casos quiere responsabilizarse.

Por si esto fuera poco, el isssteson se repliega y culpa a los propios afectados o, de plano, en una acción desesperada y tonta, prefiere culpar a los medios de comunicación y, antes de afrontar estos problemas, pide que no se crea nada de lo que estos dicen.

Por años han aplicado el artículo 6 del Reglamento de Servicios Médicos Mayores mediante el cual se da un trato de absoluta discriminación para todas y todos aquellos trabajadores que no logren demostrar estar sanos ante el Isssteson.

Afortunadamente, una parte de esos afectados denunciaron la inconstitucionalidad de ese precepto y la SCJN les dio la razón. No obstante, la Directora del Instituto, Teresa Lizárraga, suponemos que con el consentimiento de la Junta Directiva, se ha resistido a la afiliación de aquellos y si ha cedido en algunos casos incluyendo la iniciativa de reforma que recientemente presentó, es por la presión social y porque no le queda de otra.

Ella, sin embargo, no es tan mala y, suponemos también que con el consentimiento de la Junta Directiva, a los que no les brinda aun la afiliación definitiva y completa, les ha brindado el servicio de urgencias. Nada más, teniendo seguramente preferencia el que vaya agonizando o él que lleve clavado un puñal en la espalda. Si el padecimiento no es tan grave, de acuerdo a la persona que te atienda, tendrá que esperar o irse a consulta externa.


La joven Claire Denisse Hernández Murrieta no estaba dentro de este grupo de discriminados. Tampoco sufría de algún padecimiento crónico o nada que pusiera en riesgo su vida. Esta mujer de 26 años, salvo lo que en ese momento traía, por lo demás estaba sana pero a consecuencia de la in capacidad y la clara negligencia para atender un caso de dengue que parecía muy evidente desde su ingreso, se les murió ahí en el hospital sin que tampoco el isssteson se quiera hacer responsable de esto, ni mucho menos ha dado muestras de querer colaborar en la investigación que ya se realiza en torno a estos hechos.

Aún así, no vayan a pensar que su Directora Teresa Lizárraga es tan mala pues, suponemos también que con el consentimiento de la Junta Directiva, ya hizo por la causa a través de un emisario quien a nombre del instituto dio el recado que por sí mismo es insultante: se les dijo a los familiares de Denisse que las puertas del isssteson están abiertas para cuando quieran, que con gusto les darán una explicación de lo que sucedió; su bondad no paró ahí: también se les ofreció el servicio de tanatología para cuando gusten ir a terapia.

Pero los padres de Denisse ya no quieren volver. Ya no. El agravio fue mayúsculo y se ahonda mas en él al ver la indolencia del instituto que se niega a responsabilizarse pero además se burla de ellos haciendo esas propuestas.

Esta insolencia ha tenido otros impactos: un hermano de Denisse y su señora madre, también tienen dengue, pero por obvias razones y con miles de sacrificios en sus labores diarias y en su economía familiar que de por si no es muy holgada, han tenido que buscar otras opciones en su atención médica. El servicio público de salud de Sonora los ha defraudado.

Teresa Lizárraga, la directora del Instituto, puede que esté consciente de todo esto. Si bien ha mostrado muy poca voluntad para colaborar en la investigación de los hechos, por el contrario, la ha obstaculizado, ya he visto que su bondad es infinita y sabrá poner su grano de arena para que se sancione a los responsables y se además, para eficientar los servicios que brinda el propio instituto.

Si no lo hace ella, seguramente lo hará el H. Junta Directivo como máxima autoridad del instituto. A pesar de su subrepticio actuar y lo poco que se sabe de ella en cuanto a quienes son sus integrantes, este órgano está compuesto o (al menos participan en él), entre otros, por Francisco Carlos Portillo Nuñez, en representación del Poder Ejecutivo, Daniel Nuñez Santos, en representación del Poder Ejecutivo, Ignacio Islas Contreras, en representación del Poder Judicial, Jesús María Ávila Quiroga, titular del órgano de Control y Desarrollo Administrativo, Ignacio Lorenzo Acuña Valenzuela y José Gutiérrez Lizardi, como Comisarios y Raúl Enrique Romero Denogean como Secretario Técnico.

Todos juntos habrán informado a detalle al Secretario de Salud en el Estado, Bernardo Campillo, sobre lo que en estos dos temas está sucediendo en el Instituto.

Si que acaso no falta de nuevo, el Secretario habría de comparecer este lunes por la tarde ante la Comisión de Salud del Congreso del Estado. Si esto no se convierte nada más en una catártica terapia de grupo entre los participantes, ahí el funcionario podrá informar a detalle y sin sesgo alguno, sobre lo que está pasando y que se hará con el delicado problema del Dengue en Sonora, con las víctimas de discriminación por parte del instituto y con los responsables del fallecimiento de la Joven Claire Denisse Hernández Murrieta.

Cuando menos.