martes, 11 de mayo de 2010

VIOLENCIA LABORAL(O MUJER V.S. MUJER)

Miguel Ángel Avilés
avilesdivan@hotmail.com

Le llaman mobbing que quiere decir “linchamiento emocional en el trabajo” y puede consistir, entre otras formas, en descalificación del desempeño del empleado o de la empleada, asignarle cargas mayores, magnificar sus errores, ignorarlo o amenazarlo verbalmente, hostigar y desde luego provocar la renuncia o de plano despedirlo sin causa justificada.
Otros efectos pueden depender de la resistencia emocional de la persona, pues es común que la víctima se someta a tortura psicológica y deriva en fenómenos como el ausentismo laboral o ausencia de compromiso del trabajador o la trabajadora con la institución.
En cualquier de estas formas, destaca un mismo padrón: el acoso laboral.
Las investigaciones al respecto precisan que el mobbing se relaciona con la lucha por el poder y lo peor del caso es que va en aumento sin que aparentemente nadie haga nada.
Esto puede ser lo que esta ocurriendo en algunas dependencia del gobierno estatal y, particularmente, en algunas dependencias del gobierno municipal de Hermosillo, por citarlos sólo como ejemplo para aproximar el tema, porque este fenómeno es a nivel mundial.
Lo anterior se da con más frecuencia al inicio de cada trienio o cada sexenio, con la “sólida” explicación de que “así es esto” pero pareciera que en los gobiernos iniciados apenas hace unos meses bajo la pomposidad de “ El Nuevo Sonora”, la violencia laboral se ha hecho mas notoria, mas visceral, mas revanchista y, porque no decirlo, mas torpe.
Cuando Eduardo Bours asumió la gobernatura se puso en práctica el famoso redimensionamiento que en teoría se justificaron diciendo que había un exceso en las contrataciones y en la creación de puestos por lo cual habría que ajustar la planta laboral del gobierno estatal y bajo esa premisa se dejó sin empleo a mucha gente. En realidad lo que se quería era sacar a unos para meter a otros. Asi de simple.
Según palabras del propio Guillermo Padrés, Eduardo Bours, le dejó una entidad endeudada y con una mayor plantilla de burócratas, cuyo gasto salarial y de operación aumentó 54 por ciento en cinco años, hasta llegar a 5 mil 678 millones de pesos.
Para remediar esto, el actual gobernador hizo sus propios ajustes. Al menos eso fue lo que se dijo. Pero en realidad lo que se quería era sacar a unos para meter a otros. Asi se simple también, aunque los actuales operadores han sido mas abruptos que el cajemense y eso ya es decir mucho.
Aquellos encubrieron los despidos en el famoso eufemismo del “redimensionamiento”. Estos, por burdos o por sinceros, han sido mas directos: “es que ocupamos la plaza” “es que son instrucciones del señor gobernador” “Es que son compromisos de campaña.”
A esto pudiéramos llamarlo como la expresión máxima del mobbing. Al fin y al cabo como dicen los expertos, dicho abuso esta íntimamente relacionado con la lucha por el poder.
La otra versión ya la describimos al principio: es una violencia laboral que se caracteriza por la presencia de comportamientos violentos de una o varias personas sobre otra u otras de manera continúa durante cierto tiempo con la intencionalidad de aniquilar o destruir en forma psicológica al trabajador o la trabajadora con actos inmediatos o con amenazas.
El superior o la superiora jerárquica ejercen esta violencia hacia la víctima, criticando su trabajo sobre todo en público, y desplegando un terror ya sea en forma individual o a todo el grupo de trabajo.
Pueden también practicar la famosa ley del hielo, es decir, provocar que nadie le hable a la víctima o que la aíslen. Otra vía para expresar esa violencia es la calumnia o la ridiculización en público o en privado o la exposición a la burla o la encomienda de tareas inferiores a sus competencias o a ponerla a realizar actividades humillantes, sin reparar en el golpe que se le pega a la autoestima de la víctima o la inevitable depresión que le ocasiona.
Esto puede originarse con varios propósitos: para conseguir un “escarmiento” porque, desde el prejuicio o la predispoción de la que genera la violencia, estuviste en la anterior administración y siysolosí eres una corrupta, una enemiga, una mala persona.
También puede darse por revanchismo. Este lo llega a ejercer alguna persona que pudo ser despedida en anteriores administraciones y luego que su partido se ve favorecido con el voto, vuelve engangrenada del alma, tratando de poner “orden” en pro de una supuesta honestidad que no tuvo cuando se beneficiaba de las prebendas en los años previos a su cese.
Ándele: como lo que está pasando en algunas dependencias del municipio de Hermosillo la cual se rubrica por algunas con una singular sentencia: “es que ahora tenemos el poder”.
Hay una violencia laboral que puede establecerse dentro de la violencia llamada opaca. Esta es sutil pero permanente, digamos que es un invisible cuchillito de palo para que alguien se harte y renuncie. Incluso puede tener dos caras: en una de ellas se felicita a esa persona en público como un valuarte imprescindible de esa fuente de trabajo durante todos sus años como trabajadora, pero por otro, ya a solas, se le está pidiendo en forma constante de diversas maneras que deje el cargo porque viene otra a ocupar su lugar no precisamente con la misma capacidad que la que esta por irse de manera “voluntaria”.
Ándele: como lo que le pasó a Marcia Contreras, honesta y comprometida mujer desde hace muchos años a quien en días muy recientes se le hizo un reconocimiento público por la institución para que laboraba y la semana que acaba de pasar fue despedida para que otra persona ocupara su lugar.
¿Qué si para quien laboraba Marcia?: para el Instituto Sonorense de la Mujer, al cual se entregó en cuerpo y alma sin poses ni snobismos, exponiendo incluso su propia salud.
A esta mujer no la mirarás con una chocante pose disertando sobre el tema. Tampoco la verás en busca de reflectores viendo este fenómeno desde la distancia y con una engolada voz por el simple afán de lucirse. Menos es de las mujeres que son una erudición en datos y estadísticas, en incendiarios discursos cada 8 de Marzo, en estudios desde el escritorio permitida por la tranquilidad de una beca o de un puesto, o de una fundación en torno a la perspectiva de género, pero que a la hora de rifárselas por sus pares, algunas de estas se escabullen del pronunciamiento público para defender un caso concreto o no se suman a una protesta contra estos actos porque les pasan de noche o porque desde su compromiso partidista o su “prudencia” intelectual no lo ven políticamente correcto hacerlo.
Ella, en cambio, puede considerarse una precursora de muchos logros en la lucha real y constante del feminismo en Sonora, entre los que se encuentra el formar parte actualmente del Consejo Consultivo de Atención y Desarrollo de las Mujeres de Hermosillo, la creación del Comité de desarrollo comunitario de la Colonia Eusebio Kino, el impulso, junto con varias mujeres mas, de la Ley de Prevención y Atención de la Violencia Intrafamiliar para el Estado de Sonora o lo que ahora es la Ley De Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia para el Estado de Sonora
Esta última ley, por cierto, señala en su artículo 8 que constituye violencia laboral: “la discriminación en la contratación de la víctima o no respetar su permanencia o condiciones generales de trabajo, la descalificación del trabajo realizado, las amenazas, la intimidación, las humillaciones, la explotación y todo tipo de discriminación por condición de género, incluyendo su estado de gravidez.”
Tal violencia la genera indistintamente el hombre o la mujer, aunque los casos que he visto recientemente han sido de la mujer hacia la mujer.
Hay otros tipos de violencia que se puede ejercer en forma indirecta a partir de hacer como que la virgen les habla o,sencillamente, guardar silencio ante estos hechos.
Ándele: como el silencio que hasta ahora han mantenido la Directoras del Instituto Hermosillense de la Mujer y la Directora del Instituto Sonorense de la Mujer en todo este enrarecido ambiente laboral que nos ha traído el nuevo Sonora, por ejemplo.

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