Miguel Ángel Avilés
avilesdivan@hotmail.com
Cuando se dice que un representante popular tiene escasas ideas significa, en sentido estricto, no que no tenga ninguna como pudiera entenderse, sino que se tiene pocas.
Pero aun cuando no se tengan a pasto, las que se tengan pueden ser muy útiles y aprovecharlas cuando brotan para declarar que se es un apasionado del deporte con la intención de justificar su holgazanería como diputado e irse muy quitado de la pena a la serie del caribe, por ejemplo.
También puede servir para congraciarte con el que se te ponga enfrente, tratar de ser muy popular tantas veces sea necesarias, decir una cosita aparentemente interesante por aquí y otra por allá y esperar así, displicente, que pasen los tres años que dura su encargo, y luego aventarse a la red de protección que ya lo aguarda para seguir viviendo del erario público.
La escasez de ideas no impide, sin embargo, que con una sola de ellas se logren decir verdades de a kilo, aunque estas sean hijas de la chiripa o, dicho de otro modo, que se acierte por casualidad.
Esto creo que pudo haber sucedido en día pasados con el diputado y líder del PANAL en el Estado, Oscar Manuel Madero Valencia, quien dijo que no hay explicación de parte del director del Organismo Operador del Agua, José Luis Jardines Moreno en razón de que el trienio anterior se contaba con el servicio durante las 24 horas del día.
Exacto. Esta es la gran-pequeña incógnita que habría que despejarse antes que cualquier cosa en torno a este tema en Hermosillo, pues tal como el representante popular lo reflexiona, uno no entiende como es que, habiendo agua día y noche durante el periodo que encabezó el priista Ernesto Gándara, al poquito tiempo que su primo-en su momento priista y hoy panista- Javier Gándara (que bonita familia) lo relevó e inició su encargo, hayan vuelto los famosos tandeos, no obstante que fue ratificado-entendemos que por su eficiencia- el señor Jardines Moreno.
Del 2006 al 2009 nunca se presentaron problemas de desabasto de agua en la ciudad ni se nos impuso un horario para que sólo de tal hora a tal hora nos bañáramos, llenáramos botes, regáramos matas, le pudiéramos bajara a la palanca del sanitario o lo que alcanzáramos a realizar antes que en tu sector correspondiente ya no hubiera ninguna gota ni para ahogar a un gorupo.
El señor José Luis Jardines tenia contentos a todo mundo y mas a su jefe Ernesto Gándara porque este cumplía con un compromiso de campaña y de paso sembraba amores para futuras cosechas electorales.
Inicia el periodo 2009-2012 y para atrás los filders pues lo tandeos están aquí de nuevo bajo el argumento de que hay un grave problema de falta del vital líquido.
Y para que veamos la generosidad de tal medida nos dan cifras: Con la restricción del servicio de agua potable, en febrero, se ahorró un millón 600 mil metros cúbicos del recurso lo cual equivaldría al consumo de cinco días durante el verano (…) el vital líquido que se ha ahorrado con la restricción nocturna y por horarios en la tarde y la mañana, equivaldría al agua que se le compra a los ejidatarios de la presa El Molinito.
Pero estas cifras las ofrece el propio director general de Agua de Hermosillo, José Luis Jardines, este funcionario que abrió las compuertas sin empacho alguno hace poco más de tres años hasta septiembre pasado y hoy, en cambio, casi nos dice que si no cuidamos el agua y no cooperamos como se nos pide, el día de mañana, irremediablemente habremos de saciar nuestra sed, chupando una biznaga como las vacas.
¿Qué pasó entonces? ¿Ernesto Gándara actúo irresponsablemente y soltó el chorro-el del agua claro-con tal de ganar adeptos? ¿Ernesto Gándara hizo lo correcto porque luego de los respectivos estudios, se concluyó que si es factible mantenernos con agua las 24 horas del día?
Si en realidad no había agua y si se sobreexplotaron los mantos con tal de ser popular entre la tropa, luego entonces habría que traer a cuentas a Ernesto Gándara, justo ahora que quiere presidir al tricolor estatal e iniciarle un procedimiento en su contra.
Si por el contrario nos tuvo con agua todo el tiempo porque esto si es posible y no hay tal escasez como se nos dice ahora, cuando menos hay que mandarle un ramo de flores. ¿Pero cual de los Jardines?
Estas mismas preguntas se pueden reformular y adaptarse al gobierno municipal actual: ¿En verdad no hay agua suficiente y Javier Gándara pasará a la posteridad por haber regresado a los tandeos, para salvarnos del acabose en un futuro? ¿O en realidad no son necesarios los tandeos pero se nos ha pintado este catastrófico panorama con tal de justificar la implementación de programas que se promocionan como el gran remedio a este problema pero que en realidad únicamente es el celofán que cubre grandes intereses políticos y económicos?
Ante este mar de dudas habríamos de tener ya sentado a José Luis Jardines, como personaje clave, para que nos las explique.
¿Cuál de los dos Jardines mintió? ¿Cuál de los dos Jardines esta diciendo la verdad?
Esto es en esencia lo que se rescata de lo dicho por el diputado Madero Valencia. Pero no tuvo eco ni fue el suficiente como para traer a debate tan delicado tema.
Algunos se están haciendo sordos, apostándole a que esta información se disipe y se pierda en la desmemoria como muchas otras cosas.
Son alevosos porque saben que el diputado tardará en construir y declarar una idea como esta que lanzó al ruedo, pero que a lo mejor ni el supo la bravura que llevaba.
Esta idea fue la única pero dio en el clavo. Esta idea dio en el clavo pero fue la única.
Que lástima, ojala el diputado le diera seguimiento para esclarecer todo lo que hay detrás de todo esto. Aunque mi temor es que le haya pasado lo que pasó al singular personaje en aquel bello poema de Tomas de Iriarte:
“Esta fabulilla, salga bien o mal, me ha ocurrido ahora por casualidad. Cerca de unos prados que hay en mi lugar, pasaba un borrico por casualidad. Una flauta en ellos halló, que un zagal se dejó olvidada por casualidad. Acercóse a olerla el dicho animal y dio un resoplido por casualidad. En la flauta el aire se hubo de colar, y sonó la flauta por casualidad. «¡Oh!», dijo el borrico. « ¡Qué bien sé tocar! ¡Y dirán que es mala la música asnal!» Sin reglas del arte borriquitos hay que una vez aciertan por casualidad…”
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