jueves, 3 de junio de 2010

GUARDERÍA ABC: LA PRIMERA MARCHA…

El duelo continua, la impunidad no hace sino acrecentar el sentimiento de impotencia. "El diván" uniendose a este reclamo de justicia, trae nuevamente las crónicas surgidas hace un año.

Artículo publicado el 13 de junio de 2009
Miguel Angel Avilés
avilesdivan@hotmail.com

Justo en el corazón de la ciudad se encendió la primera vela. Enseguida se encendieron más y en el ambiente quedó un olor a cera fúnebre. La marcha había salido una hora antes desde la guardería ABC, el lugar de la tragedia y para las 7:00 de la tarde el contingente atravesaba el vado del río para encontrarse con el cerro de la campana y, a sus pies, las instalaciones de la Procuraduría General de Justicia: La misma.

Ahí, como durante el trayecto, otro montón de gente se sumó al tumulto. Sólo se escuchaban los murmullos y un ruido largo como de silencio.

Apenas era el quinto día de la desdicha, del amargo recuerdo donde murieron cuarenta y cuatro niños por el humo y por el fuego.

En esa marcha: la rabia, en esa marcha: el coraje, en esa marcha: las lágrimas y el color blanco de paz y de pureza como la que tenían cada uno de los niños hasta antes que ardiera todo el almacén que se utilizaba como guardería.

5 de Junio de 2009, repítanlo una y otra vez para que no se olvide nunca.


Hermosillo está consternado. Sus habitantes están consternados. Tuvo que ser la muerte los que los sacara a la calle.

La cita era a las 6 de la tarde, una tarde ardorosa que recibía a hombre y mujeres y niños a las afueras de la Guardería ABC, subrogada por el IMSS a una familia de pudientes.

Los carros se ven unos a otros. El tránsito a esa hora pico se embotella. El sol, como el fuego, empieza a buscar refugio.

La cara de un niño se levanta en esa foto que lleva esa joven que marcha sin decir nada mirando un punto fijo.

“México llora por la ambición de unos cuantos”

Otra manta de fino material acusa al IMSS. Un letrero en la espalda de dos muchachas reprueba la corrupción y exige justicia. Otro acusa al Gobernador del Estado Eduardo Bours. La marcha avanza y paraliza el tráfico. Los cuerpos de policía se concentran en cada crucero en cada cuadra. De las radios de las motocicletas salen órdenes y claves descompuestas.

5 de Junio de 2009, repítanlo una y otra vez para que no se olvide nunca.

Un señor encorvado camina a paso lento con la ayuda de su bastón pero no baja la guardia. En las aceras la gente observa solidaría y mitotera, en las esquinas otras tantas se van sumando, se van sumando.

El nombre de la niña Lucía Guadalupe Carrillo Campos se lee grabado en una cartulina. En otra sus fotos y otra vez su nombre: Lucía Guadalupe Carrillo Campos.

“Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, hágase tu voluntad aquí en la tierra como en el cielo…”.

Ya se ve la capilla San José. Pasamos los barrios de tierra y polvo. Ya del sol casi nomás queda un pedazo. Pasamos la capilla San José y como salidos de la indignación, dos voluntarios desde su carro de viejo modelo reparten agua a los sedientos.

5 de Junio de 2009: repítanlo una y otra vez para que no se olvide nunca.

¿Quién atiende las pérdidas? ¿Quién la frustración y la impotencia? ¿Quién la herida para siempre?

¡Fuera! ¡Fuera! gritan las voces disparejas a Petra Santos. Los partidos quieren acarrear agua para sus molinos pero los buitres se ven obligados a volar por donde llegaron.

Ahí se agazapan otros: los que quieren que no se toque a un responsable. Traen todo preparado, cargan mantas elegantes contra el IMSS, no quieren insultos para Bours.

Un garrafón con agua de sandía refresca de nuevo las gargantas. Villa de Seris también tiene algo que decir. Por ahí, por acá otros se van metiendo en las filas desordenadas.

Prensa de todas partes atrapa a la señora y a su hijo, al gringo que no baja su letrero: Catrina Bush, ABC Bours. Radio Bemba también ahí está de nuevo dando voz a los que no la tienen.

Pimpón es un muñeco

muy guapo y de cartón

se lava las manitas

con agua y con jabón

se desenreda el pelo

con peine de marfil

y aunque se de estirones

no llora ni hace así.

Son canciones para ellos: los que ahí están, los que no están, los que se fueron: niños dormidos, niños quemados, niños de humo, niños de ardor y de lamento.

En la tienda hay, en la tienda hay

un periquito azul

entre 2 pajaritos

es muy popular

y platicador

y tambien muy bonito

buenos días (y aplaudían)

buenos días (y aplaudían)

así nos saludaremos

buenas noches (y otras aplaudían)

buenas noches (y la señoras aplaudían)

así nos despediremos.

No, ya no cante, señora, ya no cante: su canción me duele. Ande, mejor tome un globo blanco, ande. Son para usted, ande, tomé uno y reparta los demás.

El desfile avanza y crece. Si lo ves hacía atrás apenas se divisa la última gente, si lo ves hacia adelante ya dejó el boulevard Vildósola y enfila por la Rosales.

5 de Junio de 2009, repítanlo una y otra vez para que no se olvide nunca.

¿Tres mil? ¿cinco mil? ¿Seis mil? Quien sabe pero son un chingo.

“Bours: a como vas, los responsables van a ser los niños…. ¡cárcel a los culpables!”

Ya se está en la confluencia de la Rosales y la Doctor Paliza:

¡A Palacio!! ¡A Palacio!!!, ¡A Palacio!!!

La marcha se enciende, ¿Qué pasa? ¿¿Qué pasa?? Dos motos tapan la bocacalle. Los reporteros gráficos se arremolinan. La maquinaria enviada por el Gobierno del Estado no evita que un contingente tome rumbo a palacio. La CTM le falla al Gobernador, Bárbara Gutiérrez le falla al gobernador. Un grupo de jóvenes pide que no se alcen contra Bours. La estrategia no funciona y ahí va un buen tumulto hacía la Plaza Zaragoza. Hasta acá, poco antes de llegar al correo, la marcha se descompone, quiere deslucir, avanza confusa y sorprendida.

Ya se ven los linderos de la Universidad. Están próximas a cumplirse dos horas de camino. Las velas encendidas aumentan. La madrina de Lían, una jovencita demacrada pero estoica, carga la foto de este en lo alto. Lían avanza como si ahí estuviera, Él ya no está, pero si marcha su madre, una mujer que no alcanza los cuarenta, pero a cinco días de la muerte de su hijo, parece de más años: Luce desvelada y pálida.

5 de Junio de 2009, repítanlo una y otra vez para que no se olvide nunca.

Frente a Palacio de gobierno se lanzan botellas y se maldice y retumba una consigna: ¡Asesino!, ¡Asesino! El coraje de más de cien revienta contra el gobernador. Alejandro Pardo esta irreconocible y brota en cólera porque la marcha se le va de las manos, lo rebasa y se rasca su pelona como quien se encuentra en serio aprieto.

La otra parte de la marcha va tomando la plaza Emiliana de Zubeldía, toda la calle Rosales y las escalinatas del Museo y Biblioteca de la Universidad de Sonora. La plaza, desde el primer día de la tragedia luce, ese altar de cruces blancas que forman un triangulo. En medio algunos juguetes y las flores con aroma a muerte junto a la penumbra de varias veladoras.

¿Cinco mil? ¿Seis mil? ¿Siete mil?, ¿Quién los cuenta? ¿Dónde está la autoridad, donde? ¿Dónde el Estado y el orden? ¿Donde la respuesta y los expeditos resultados?

46 niños muertos gracias a la corrupción, a la negligencia, al desprecio, a la avaricia. 46 niños muertos, 46.

5 de Junio de 2009, repítanlo una y otra vez para que no se olvide nunca.


Pasó en Hermosillo cuando Felipe Calderón era el Presidente de la República, cuando Eduardo Bours era el Gobernador de Sonora y cuando Ernesto Gándara presidía la capital. ¿Quién responde? ¿Quién? ¿Por qué hasta que la muerte no alcanza, por que?

En la tienda hay, en la tienda hay

un periquito azul

entre 2 pajaritos

es muy popular

y platicador

y tambien muy bonito

buenos días

buenos días

así nos saludaremos

buenas noches

buenas noches

así nos despediremos.

Sobre las escalinatas se van apilando las veladoras. Algunas se derriten y la cera cae ardiendo en el cemento como cayó el techo derretido en los cuerpos de esos niños y esas niñas.

5 de Junio de 2009, repítanlo una y otra vez para que no se olvide nunca.

El gigante edificio y el silencio. La plaza abarrotada y el silencio. La calle testa y el silencio.

De pronto una voz como un llamado. De pronto una voz como un reclamo. De pronto una voz como una rabia.

Desde abajo, en la acera, se ven un teni y un huarache que ya no tienen dueño. Las veladoras le dan cobijo con un soplo de luz que se disipa.

De nuevo las voces aisladas. La intentona por ahogar el descontento vuelve a la carga. Bárbara Gutiérrez hace su parte y arremete con todo contra el IMSS. Una gran manta la secunda y abajo a media calle, el líder de la CTM, Javier Villarreal se nota satisfecho: La trampa parece funcionar.

Un grito contra Bours los desconcierta y otra vez Bárbara Gutiérrez embiste contra el Seguro Social y pide que trasladen a los niños a Sacramento: Está jugando su rol, a eso la mandaron.

Pero el descontento les pasa por encima: en una esquina va metiéndose a empujones esa manta ya deshilachada:

“Bours: a como vas, los responsables van a ser los niños…. ¡cárcel a los culpables!”.

Las cámaras de televisión y los flachazos no se hacen esperar y van por la mejor toma y el mejor ángulo. El grupo de jóvenes instruidos para la ocasión tratan de cubrirla. Hay jaloneos y de pronto aquello asemeja una asamblea sindical.

Pero de nuevo los incómodos: en el primer piso Ismael Ochoa, confeso panista, lanza balbuceos y alharacas que se va apagando poco a poco en medio de reflectores y micrófonos que le revolotean en la boca.

Oscar “El Pollo” Medina sobresale con su voz estridente.

Othoniel Ramírez ya no se ve.

¿Por qué de nuevo están aquí? ¿Por qué quieren conducir y enlodar desde el confort de su pereza cada movimiento? ¿Por qué no entienden que ya estorban? ¿Por qué no impera la prudencia?

La gente se va haciendo menos. El cansancio y la molestia parece que hacen mella.

¡¡Bárbara: bájate!! Se escucha de pronto y luego varias veces: ¡¡Bárbara: bájate!! ¡¡Bárbara: bájate!! ¡¡Bárbara: bájate!! Se multiplican las voces y la líder poco a poco se escabulle por la retaguardia como no queriendo pero termina por bajarse. Otro round que pierde la estrategia de los asesores del gober.

En lo alto siguen los pesares ahora en un megáfono. Ya hay mucha menos gente. Antes devino uno que otro rezo y las fotos de los niños en lo alto y unos globos blancos hacia el cielo.

Una señora de cabello cobrizo y alborotado explota su dolor por la muerte de su hijo y derrama su impotencia. Otra más se desgañita enfurecida y consigue la atención de los reporteros.

5 de Junio de 2009, repítanlo una y otra vez para que no se olvide nunca.

En el Boulevard la noche parece que va transcurriendo como siempre. O quien sabe.

5 de Junio de 2009, repítanlo una y otra vez para que no se olvide nunca.

En un acto desesperado, Alejandro Pardo toma la palabra y manifiesta su decepción por lo politizado de la marcha. Arremete contra un enemigo impersonal y recibe como respuesta el abucheo de algunos de los pocos que quedaban.

En su partida se detiene y discute acalorado con una mujer treintañera y con un pasado confuso que no escucha. Alejandro no se percata que de arriba ya le están replicando con el mismo tono y decide abandonar el lugar a paso largo mientras que atrás lo despide una rechifla.

5 de Junio de 2009, repítanlo una y otra vez para que no se olvide nunca.

Una voz perdida sugiere el día de la siguiente marcha. Esa voz consigue un consenso medio forzado.

La cera de las velas se va consumiendo rápido, así de rápido como se fue la vida de estos 44 niños.

5 de Junio de 2009 en Hermosillo Sonora: repítanlo una y otra vez para que no se olvide nunca.

¡Nunca!

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