viernes, 20 de febrero de 2009

PASADO, PRESENTE Y FUTURO DE LA CEDH

Por Miguel Ángel Avilés
avilesdivan@hotmail.com

FUNDAMENTO CONSTITUCIONAL.-

En 1992 por iniciativa presidencial se reformó la Constitución política de los Estados unidos mexicanos. Ya antes había un departamento integrado a la Secretaria de Gobernación que se encargaba de la investigación y la defensa de los derechos humanos y algunos estados ya contaban también con dichos organismos. Así, al artículo 102 de nuestra carta magna se agregó un apartado B, transformando la Comisión en un organismo autónomo descentralizado del poder público con personalidad y patrimonio propios y en este organismo fue designado como primer presidente al Doctor Jorge Carpizo. En el mismo apartado de dicho artículo se previó que existirían Comisiones Estatales similares a la nacional y que en cada uno de los Estados de la República deberían quedar conformadas e instaladas antes del mes de Febrero de 1993 para delimitar una competencia por materia y por territorio, de tal manera que la CNDH se encargaría de los asuntos federales de toda la República Y las Comisiones Estatales levarían los asuntos de cada Estado referentes a las autoridades Estatales y Municipales.

CARACTERÍSTICAS: Serian organismos de protección de los derechos humanos que ampara el orden jurídico mexicano y conocerían de quejas en contra de actos u omisiones de naturaleza administrativa provenientes de cualquier autoridad o servidor público que violen estos derechos. Formularían recomendaciones públicas, no vinculatorias y denuncias y quejas ante las autoridades respectivas. No son competentes tratándose de asuntos electorales, laborales y jurisdiccionales. Cuenta con autonomía de gestión y presupuestaria, personalidad jurídica y patrimonio propio. Tiene un cuerpo consultivo integrado por diez consejeros.


COMISIÓN ESTATAL DE DERECHOS HUMANOS EN SONORA.

ORIGEN.- En sonora la Ley que crea la Comisión Estatal de Derechos Humanos fue aprobada el día 7 de Julio de 1992 y se mandó publicar en el boletín oficial del Estado el 6 de Octubre del mismo año.

INSTALACIÓN DEL ORGANISMO.- Fue a las 12:00 horas del día 17 de Noviembre de 1992 cuando por primera vez abre sus puertas la Comisión Estatal de Derechos Humanos.

PRIMER PRESIDENTE: LIC.. JOSÉ ANTONIO GARCÍA OCAMPO
SECRETARIO TÉCNICO: HECTOR RODRÍGUEZ ESPINOZA
SECRETARIA ADMINISTRATIVA: ANA BERTHA ANTUNEZ DE PAZ Y PUENTE.

PRIMER VISITADOR GENERAL: ANTONIO ESPINOZA OJEDA
SEGUNDO VISITADOR GENERAL: HECTOR CONTRERAS PÉREZ

DIRECTORES GENERAL ADMINISTRATIVO: TOMAS E. LOERA ESQUER
DIRECTOR GENERAL DE COMUNICACIÓN SOCIAL: ARMANDO FAVELA RUELAS.

CARACTERÍSTICAS: La Ley que Crea la Comisión Estatal de Derechos Humanos para el Estado de Sonora es de orden público y tiene aplicación en todo el Estado y en el marco de su propia competencia. tiene las mismas características que la Ley que crea la CNDH y de la cual ya las describimos con la diferencia de que el Consejo de la CEDH se integra solo con siete personas las cuales dice deberán ser de reconocido prestigio en la sociedad, ciudadanos en ejercicio de sus derechos y cuando menos cuatro de ellos no desempeñaran ningún cargo, empleo o comisión pública. Sus cargos son honorarios y el presidente del comisión lo es también del consejo.

FUNCIONES BÁSICAS DE SUS PRINCIPALES MIEMBROS.

CONSEJO: Establece lineamientos generales a la comisión, aprueba su normatividad interna, opina sobre el proyecto anual del presidente, recibe informes sobre los asuntos y conoce sobre el informe presupuestal del presidente.

PRESIDENTE: Es el representante legal de la comisión: formula lineamientos generales para el mejor desempeño de la comisión , delega funciones a los visitadores, envía un informe anual al congreso y al ejecutivo; realiza tareas de vinculación institucional. emite las recomendaciones y acuerdos de la comisión, formula propuestas generales para una mejor protección de derechos humanos en el Estado.

SECRETARIO TÉCNICO: Prepara las sesiones ordinarias y extraordinarias; propone las actas de las mismas; coordina la revistan de la comisión y todo trabajo de divulgación: lleva a cabo programas de capacitación, entre otras cosas.

VISITADORES: Reciben, admiten o rechazan las quejas; investigan sobre las mismas; realizan la conciliación entre las partes; y llevan a cabo visitas a los Ceresos y Cotumes.

BREVE MARCO TEÓRICO

Los Derechos Humanos en México, sin que esto necesariamente se comparta por todos los estudiosos, se traducen a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en sus primeros 29 artículos de su texto. Son los derechos que no pueden ser vulnerados por la actuación del Estado, o que deben ser protegidos por el Estado.

En una forma que para muchos estudiosos resulta ambigua, la CNDH, define a los Derechos Humanos como “aquellos inherentes a la naturaleza humana, sin los cuales no se puede vivir como ser humano.” Quiere decir entonces que la ley no creo ningún derecho sino solo los reconoció.

Esto quizá tenga que ver con el regateo que en el fondo se hacia de los derechos humanos, cuando el Presidente Carlos Salinas, apropiándose de un discurso y un empuje nacidos desde la sociedad civil, decide enviar el proyecto de reformas para crear las comisiones. En realidad era una válvula de escape gubernamental y un acto demagógico cuya aparente preocupación por los abusos de autoridad, contrastaba con la realidad de su gobierno.

De ahí que, justificado o no, las recomendaciones de las comisiones son eso: simples recomendaciones que no obligan a la autoridad, a no ser por una voluntad moral que en la medida que las comisiones han ido perdiendo presencia pública, las autoridades han aumentado su desaire real ante estas recomendaciones, por mas que en lo público manifiesten su acatamiento, tal como poco a poco a pasado en Sonora.

A reserva de hacer un análisis mas profundo sobre el particular, no deja de resultar limitado para las aspiraciones democráticas del País y de Sonora, que las Comisiones no sean competentes tratándose de asuntos laborales, electorales y jurisdiccionales.

ABUSO DE ESTADO Y ANIMO CIUDADANO.

El menosprecio por la ley y los actos arbitrarios de la autoridad son y han sido la constante en el Estado Mexicano. Sin que esto deslinde al resto de los gobiernos precedentes podemos decir que a partir de los años 60`s la agresión a las garantías individuales se hizo mas latente. Era usual y cada vez lo fue mas, que el gobierno, a través de sus brazos represores fuera abusivo, es decir ilegal con el ciudadano común y corriente. En tanto este ciudadano si bien es cierto ha podido llegar a pensar que esa conducta de gobierno es “normal” y normativo, o sea que se vale hacer eso porque es el Estado, también lo es que, como una bola de huizache empujada por el viento, cada vez se fue haciendo mas grande la inconformidad, la resistencia ciudadana y las ganas de organizarse en defensa de sus derechos constitucionales. Al final de cuentas es este el antecedente histórico de cual se a propio el presidente Salinas para impulsar las el proyecto de reformas que trajo consigo las CNDH y las CEDH.

Por supuesto que si lo órganos jurisdiccionales o figuras tan valiosas como el juicio de amparo no habían parado en definitiva los actos de autoridad, no lo iba a ser de la noche a la mañana una Comisión de Derechos Humanos con tan limitada competencia como las recientemente creadas. Las Cárceles hacinadas, los Cotumes con celdas de castigo y toletazos diarios, las redadas en los barrios bajos, la dilación en la procuración de justicia, las torturas, la corrupción en perjuicio de una de las partes, las incomunicaciones, la desatención a la víctima del delito siguieron y han seguido, con la salvedad de que la gente, además de las instancias conocidas ahora tiene a una Comisión defensora de los Derechos humanos que los protege. Los que conocen su existencia hacha van y denuncian la arbitrariedad en su contra. Ahí los recibe una comisión nacida para eso y para hacerle sentir al ciudadano que alguien velaba y se preocupa por la defensa de sus derechos. Esta idea y esta misión, a mi parecer, paulatinamente se ha perdido y lo que alguna vez inició con el animo dispuesto de todo organismo recientemente creado, que pudo y llegó a tener la valentía y la obligación de ir hacia la autoridad y detener sus arbitrariedades, hoy, si la tuvo, ha perdido presencia pública, se ha relajado frente a la autoridades que debería de vigilar, estas ya no se espantan ante “ el defensor del pueblo” y así las cosas, la Comisión, tan empolvada como sus propias instalaciones, de una pantera en la que estaba convertida cuando, a través de su primer titular lanzaba el primer discurso, hoy es un indefenso gatito que ronronea en la placidez de la burocracia.

UN VISTAZO A LA CEDH PARA EL ESTADO DE SONORA

La CEDH tiene por objeto la protección, observancia, promoción, estudio y divulgación de los Derechos Humanos establecidos por el orden jurídico mexicano.
En ese tenor hablaba el primer de la CEDH, Licenciado José Antonio García Ocampo el día que abrió sus puertas por primera vez y prometía recibir “a todo el pueblo que necesite de nuestros servicios.”
El Presidente de la CEDH era secundado por el entonces gobernador Manlio Fabio Beltrones: “Hoy Sonora tiene una instancia más de justicia y salvaguarda de los derechos de todos. En hora buena para todos los ciudadanos.”
Esto no era una benevolencia del Gobierno de Beltrones Rivera. Estaba cumpliendo en todo caso con una obligación nacida con la reforma al artículo 102 de nuestra carta magna y del cual ya hicimos referencia. La aparente voluntad era sólo una retórica que contrastaba con el omnipoder que caracterizó a este Gobernador durante su sexenio.
La CEDH hizo su trabajo y empezaba la historia de este organismo en Sonora. Hubo quejas y también hubo recomendaciones. Su pujanza traía la aviada de una figura de reciente creación aunque no necesariamente novedosa. Puesta casi de moda, todos hablaban de ella. Se hacia desde adentro y se aseguraba que, en el estado poco a poco se estaba consolidando ya una cultura de la defensa y respeto de los derechos humanos. Esto era nada mas una euforia. Los funcionarios pudieron amedrentarse y, creyendo que esto era en serio, se formaron por un tiempo en la fila de los respetuosos del derecho. No estaban convencidos y ni compartían la idea de que en aras de defender los derechos humanos, se les ataran sus manos y no los dejaran hacer las cosas que lo venían haciendo. Si hacían como que entraban al redil, era para cuidar la “honorabilidad” de su dependencia y mantener limpia su trayectoria personal en miras de sus ascensos políticos.
Con el paso del tiempo la presencia de la CEDH se fue debilitando y de lo implacable que prometió ser, pasó a convertirse en una institución subida en la inercia, y casi desaparecida del escenario político. Es verdad que su facultad de recibir quejas y emitir recomendaciones no ha cesado; sin embargo, en momentos de notoria arbitrariedad estatal, es decir cuando las circunstancias la ha puesto en el dilema de escoger entre la defensa de los derechos humanos sin cortapisas y la legitimación de los actos arbitrarios, ha preferido esto último.
¿Donde está la CEDH? ¿que tan cerca está de la gente ? ¿Sabe esta gente para que sirve la CEDH? ¿El ciudadano se siente protegido por la CEDH? ¿ la CEDH ha tomado distancia de las autoridad o de los funcionarios arbitrarios o mas bien los ha llevado a sus filas? ¿Quien conoce los informes anuales que han rendido los Presidentes en turno de la CEDH ? serían algunas preguntas que podemos lanzar al aire.
Y es que, a pesar de que la ley la faculta para realizar muchas cosas de manera oficiosa prefiere dormir el sueño de los justos y no moverse hasta donde sea posible, en tanto no haya un ciudadano que, por mutuo propio, vaya y ponga la queja, so pena de que antes que haga esto, alguno de los receptores lo persuada-con burocracia, con desaliento- para que desista de su intención, sobre todo si se trata de denunciar la arbitrariedad de algún poderoso políticamente protegido.
La CEDH tiene en el artículo 25 de la ley una buena oportunidad de aceitar su maquinaria pues este precepto la faculta para iniciar una investigación de oficio, discrecionalmente, cuando las quejas de violación de derechos humanos aparezcan en los medios de comunicación.
Estas han ocurrido. Están el asunto de los retenes carreteros; Los filtros nocturnos en la ciudad. La verdadera situación de los ceresos; Los toques de queda anunciados por algunos municipios. Las constantes denunciadas de abusos policiacos; la operación Mochila ya prohibida por instancias nacionales, la desatención de las víctimas del delito, el propósito de aplicar el antidoping a los alumnos por citar algunos, que de alguna manera contribuye a enraizar la cultura de la ilegalidad y la renuncia de tus propias garantías como si fuera algo normal.
En lo histórico, algo olvidado por todos los presidentes de la CEDH, se encuentra el caso de San Ignacio Río Muerto-con toda la controversia jurídica que pueda causar- o el periodo de la llamada guerra sucia en Sonora, dos temas que por el bien de la memoria colectiva, necesitarían investigarse como a nivel nacional se han hecho con caso parecidos.
La CEDH además, lejos de tomar distancia con respeto a las autoridades que comúnmente son las principales violadoras de los derechos humanos como lo es la figura del ministerio público, los ha llevado a sus filas desnaturalizando así los propósitos originales de un defensor de derechos humanos.
En la Presidencia de los Licenciados José Antonio García Ocampo y Miguel Ángel Bustamante, por ejemplo, han sido empleados Arturo Peña, José Maria Merino Germán, Héctor Rafael Corro Picos, Héctor Contreras Pérez , Francisco Javier Vélez Ham, todos ellos salidos de la Procuraduría General de Justicia, tal vez contándose con la debida capacidad intelectual pero ninguno con trayectoria en la defensa de los derechos humanos, aunque eso sí: todos atendiendo y resolviendo quejas presentadas en contra, por decirlo de alguna manera, de sus ex compañeros de trabajo.
Así ha sido en gran medida la historia la CEDH. Quizá con mucha información tecnócrata dispuesta a leerse en sus archivos por quien quiera hacerlo. Muchos datos, muchos números, pero en la realidad poca presencia, nula valentía sobre todo hacia los actos del ejecutivo y una escasa credibilidad ante la sociedad civil de quien al fin de cuentas moralmente depende.

EL PRESIDENTE Y SU NOMBRAMIENTO
En 1998 y por iniciativa del diputado Edmundo López Duran se aprobaron las adiciones y reformas a los artículos 11 y 16, fracción V y 53 de la ley que crea la Comisión de Derechos Humanos para Sonora.
A partir de entonces la designación y nombramiento del presidente de la CEDH sería designado por el Congreso del Estado. Además el informe de labores de aquel sería rendido directamente ante el poder legislativo. No obstante, se le olvido quitarle también la facultad de que nombre al consejo de la comisión.
El Congreso del Estado tenía ahora ese compromiso y afrontaba el reto de salir airoso de este juego que él mismo se impuso. No lo hizo tal como era el espíritu de la iniciativa. Colocado este proceso de selección “en manos de la ciudadanía” como lo decía la exposición de motivos de la reforma, los legisladores no pudieron sacar con pulcritud su cometido. Entre disputas partidistas y cuestionables foros de consulta, entre evidente desinterés sobre el asunto el entonces Presidente Miguel Ángel Bustamante casi estuvo nuevo años muy “desesperado” porque no llegaba nadie en su relevo. Cuando el congreso aparentemente le tomó el pulso a la gente a través del foro de consulta se dispuso que la elección estaría entre dos personas: el que era el presidente Miguel Ángel Bustamante y Germán Tapia Gámez. Mas adelante vendría un desfilar de candidatos dispuestos a sacrificarse al frente de tan noble puesto. Tiempo después, pero mucho después, el Congreso, notoriamente displicente ante una asunto de suma importancia, tuvo a bien(o a mal, según se vea) nombrar, por cierto no por unanimidad, a su actual presidente Jorge Sainz Félix quien con sutiliza, empieza a emular, tanto en su actuar opaco al frente de la CEDH como en su tentador, ambicioso, cómodo propósito de que lo ratifiquen, a su antecesor, el Lic. Miguel Ángel Bustamante, el mejor ejemplo de que se puede nadar apaciblemente en la ancha piscina de un cargo público a otro sabiedo vender con fullerías una aparente honorabilidad que en la práctica no se tiene.
De acuerdo a los boletines de prensa que no llegan, que por coincidencia se han intensificado compulsivamente ahora que busca su ratificación y que de hacer meritos se trata, no es posible decir en forma categórica que esta presidencia no ha hecho nada por cumplir los objetivos de la comisión pues las actividades se difunden con amplitud; sin embargo, lo que si podemos concluir es que Sainz Félix a la mera hora cuando se trata de demostrar de que está hecho, en forma indirecta ha legitimado, por acción u omisión, algunos actos violatorios de los derechos humanos, a pesar de ser a él a quien le corresponde defenderlos.
Más aún, su actuar en el último año se ha caracterizado de claroscuros demagógicos, tal como quedó de manifiesto, por ejemplo, ahora que se registró de nuevo como aspirante al decir que en este periodo haría una defensa de los derechos humanos de segunda generación, es decir lo que se refieren a los derechos sociales, laborales o de seguridad social, cuando es sabido que constitucionalmente no tiene facultades para ello.
Otra prueba, la última por ahora, de su demagogia es su respuesta al tema de los retenes militares y policiacos que, en entrevista por separado les hiciera el periódico El Imparcial a los candidatos sobre varios tópicos.
Él responde que no, o sea se muestra en desacuerdo y argumenta: “El artículo 16 constitucional establece que nadie puede ser molestado en su persona en su persona, en su familia, en su domicilio, papeles, sólo por mandamiento escrito de autoridad responsable.”
Esto es cierto. No obstante, la historia no perdona y también tenemos la siguiente nota aparecida en El Imparcial el 19 de Septiembre de 2008 que pone en evidencia su escasa convicción –por decir lo menos-en torno a los objetivos de este organismo:

“Son retenes ilegales pero necesarios: CEDH”

“Los filtros y retenes en las Carretera Internacional y las ciudades, son ilegales pero necesarios como medida de prevención debido al embate del crimen organizado, argumentó Jorge Sáenz Félix.
El presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), señaló que la Constitución Política y las Garantías Individuales establecen el derecho al libre tránsito por el País sin necesidad de salvoconducto. Sólo pueden ser detenidos cuando hay una orden judicial o en flagrancia de delito.
“No es legal los retenes en la carretera pero ha habido cierta tolerancia hasta por nosotros como Comisión de Derechos Humanos, porque vemos la violencia cómo se ha desatado y el riesgo que corren los jóvenes los fines de semana cuando salen a los antros”, apuntó.
A veces salen los jovencitos tomados y participan en accidentes y mueren, añadió, pero los agentes deben cuidarse respeten los derechos humanos. “Los muchachos no pueden ir a la cárcel por eso, menos los menores, lo que deben hacer es llamar a sus padres, darles una detención momentánea, lo que las autoridades tratan de hacer es prevenir los accidentes, son medidas preventivas”, aseguró.

Sin bien la razones que alude para justificarlos puede ser valederas, creemos que una declaración así, hecha precisamente por quien representa a la CEDH es por si misma desafortunada, no sólo por que el está al frente de este organismo, entre otras cosas para defender los Derechos Humanos, no y por ningún motivo para justificar su violación, ya que bajo estos razonamientos o esta misma lógica, sería tanto como decir que la tortura, o los abusos de autoridad son ilegales, pero son necesarios. Peor aún: si ahora, en la entrevista citada se luce con esa respuesta, en la práctica no ha hecho nada para evitar esa ilegalidad, a pesar de que en la historia de la propia comisión ya hay antecedentes donde se reprueban estas prácticas como son los filtros y los retenes.

Esta declaración de Sainz Félix resulta muy preocupante, máxime cuando, fuentes confiables, aseguran que varias de las quejas presentadas ante la comisión por tortura, por órdenes o criterios de su presidente fueron reclasificadas para considerarse únicamente como abuso de autoridad.

Otro rubro que le fue cuestionado a la actual presidencia fue el uso de recursos en su propio sueldo y el del resto del personal. Al respecto veamos esta nota de Edgardo Carrillo López aparecida en la Revista Así:

“MEJORA LA CEDH... el sueldo de Sáenz
Por Edgardo CARRILLO LÓPEZ
Si el año pasado la existencia y operación de la Comisión de Derechos Humanos en Sonora resultó bastante cara (ver Así 649), este 2008 seguirá siéndolo pues, con mayor presupuesto, no se ve mejoría en su actuar ni en sus resultados... excepto en el sueldo de los funcionarios, empezando por el de su presidente, quien aumentó sus emolumentos en 4,157 pesos con 38 centavos al mes.
Si ya antes el maestro Jorge Sáenz Félix era el segundo Ombudsman mejor pagado del país (sólo atrás de su similar del Estado de México) al percibir 78,651 pesos con 97 centavos, ahora avanzó y mensualmente recibe 82,809 pesos con 35 centavos, según datos de transparencia de la propia CEDH.
El resto del personal también tuvo mejoría en sus salarios; no era para menos, cuando su presupuesto pasó de 17 millones de pesos en el 2007 (en realidad 19 millones ya con el presupuesto modificado), a 22 millones de pesos este año, según su Estado Presupuestal de enero-marzo del 2008 (aunque en principio se anunció públicamente que se le habían autorizado 19 millones de pesos).
La locura de felicidad hubiera sido si les llegaban a conceder los 40 millones de pesos que en algún momento los de la CEDH se atrevieron a manejar como necesarios para impulsar los derechos humanos en Sonora y, particularmente, ampliar su cobertura de servicio a toda la geografía estatal.
Y es que, actualmente concentrados en la capital Hermosillo, en algunas localidades sonorenses ni siquiera se sabe de la existencia de la Comisión, algo que el presidente Jorge Sáenz Félix ha manifestado le preocupa, aunque -claro- no tanto como para pensar en cubrir ese aspecto reduciendo o cuando menos no aumentando el rubro de servicios personales en su presupuesto.
Por el contrario, se sirvieron con la cuchara grande, y mientras el salario mínimo general vigente en Sonora se incrementó en apenas cuatro por ciento, para los de la CEDH hubo aumentos de hasta 33 por ciento, como es el caso de un velador a quien ahora se le pagan 7 mil pesos mensuales contra los 5,288 pesos del año pasado. Igual las secretarias, recepcionistas, asistentes y el personal de intendencia, éste último pasando de 4,600 pesos a 7,352 pesos al mes.
En el punto de los empleados de intendencia y velador destaca un detalle: Mientras en la nómina aparecen tres puestos de personal para tales labores, al mismo tiempo se tiene entre los proveedores a las empresas Asepsia, de limpieza y mantenimiento, contratada por un año de 10,200 pesos al mes, y a VSH Seguridad, servicio de vigilancia con contrato de un año por 19,550 pesos mensuales.
Por supuesto eso es mínimo en comparación con los sueldos de los altos funcionarios, como el del licenciado Jorge Otero Saucedo, secretario técnico, quien engrosó su recibo mensual de 46,289 a 54,794 pesos, en un caso similar al de la secretaria ejecutiva, licenciada Ana Berta Antúnez Dávila.
No se quedaron atrás los visitadores, que de entre 44 mil y 45 mil pesos saltaron a 51 mil pesos al mes, ni el director administrativo con 50 mil pesos contra los 44 mil del año pasado.
En fin, en la orgía de números nadie dejó de pecar, todos fueron salpicados, y del millón 933 mil pesos que -por ejemplo- la Comisión recibió en marzo de este año, poco más de 889,530 se le fueron nada más en cubrir la nómina.
No conformes, en ese mismo mes de marzo entre 13 funcionarios de la CDEH se gastaron 85,400 pesos en viáticos, que sumados a lo de febrero y enero anteriores dan 275 mil pesos. Sólo el presidente Sáenz Félix requirió viáticos por 19 mil pesos en enero, 51,200 en febrero y 17,500 en marzo, para un total de 87,700 pesos en tres meses.
Y es que eso de viaticar se les da de maravilla, y año tras año le han tomado especial gusto. Comparando, el acumulado de 275 mil pesos en el primer trimestre de este año supera por mucho los 91,500 pesos del 2007, cuando el total anual fue de 588,200 pesos; así como los 44,312 pesos del 2006, cuyo global fue de 331 mil pesos; y los 101,266 pesos del 2005, año en que se gastaron 330,512 pesos en viáticos. Hasta eso: es de suponer y desear que el referido dinero se ha utilizado en viajes para promover la cultura de los derechos humanos en Sonora...
Si a los sueldos y a los viáticos se suman los gastos de operación en el edificio, materiales y suministros, salta la duda: ¿Cuánto queda para las acciones sustantivas de la Comisión?
A cambio de sus beneficios laborales, los funcionarios de la CEDH no reportan muchos resultados. Transcurre ya la mitad de año y apenas han realizado uno o dos eventos con relación a su responsabilidad y emitido cinco recomendaciones (pareciera que no igualarán el número del año pasado, pero debe abonarse que la tendencia es que en los meses finales del ejercicio se incrementan las quejas y denuncias que generan recomendaciones; será cosa de las épocas festivas, de la hipersensibilidad navideña que embarga a las personas, del estrés que afecta a las autoridades que se sobrepasan en sus atribuciones, o cosa tal vez de que se acerca el informe de labores de la Comisión y sus funcionarios se apresuran a cumplir con las metas anuales a como dé lugar).
Lo que es peor, las recomendaciones hasta ahora emitidas siguen antojándose -como en años anteriores- en la mayoría de los casos hasta triviales. Dos ejemplos actuales: El padre de familia que considera violados sus derechos a partir de que su hijo es expulsado de una escuela particular en Nogales; o la señora que formula queja porque el Ayuntamiento de Hermosillo no atiende su demanda en cuanto a que desde hace años una casa vecina daña las paredes de su hogar.
Claro, para los afectados en particular cada asunto reviste suma trascendencia, pero eso no es suficiente para justificar el enorme aparato en que se ha convertido la Comisión Estatal de Derechos Humanos en Sonora.”

LA LEY
La Ley que crea la CEDH, ya lo dijimos, nace como una réplica de la que rige a la CNDH. Esto era obvio pues la Comisión Estatal tenía su antecedente inmediato a la CNDH y esta a su vez era el resultado del cumplimiento al artículo 102 de nuestra carta magna.
Para ampliar las facultades de la CEDH se tendría que reformar ese artículo de la Constitución Política de los Estados unidos mexicanos.
A reserva de hacer un estudio particularizado de cada articulo de la ley que crea la CEDH, es oportuno proponer antes que todo, la necesidad de que se de un estricto cumplimiento a las actuales disposiciones de esa ley. Es verdad que puede considerarse limitada, pero por lo pronto lo que urge, es llamémosla así, una auditoria moral con respecto al desempeño de la comisión.
Es indispensable una evaluación sobre el trabajo institucional que la Comisión ha realizado durante estos años. Esto se pudiera lograr echándose a andar algunas de las siguientes tareas:

a) Revisión- con carácter de auditoria administrativa- de los informes de los presidentes que han encabezado a la CEDH. Cotejar el contenido de estos informes con los expedientes sobre los cuales se funda esa información.

b) Definir criterios para elegir al personal que ocupe las plazas más importantes de la comisión y que acompañarían al presidente en turno. ¿Saldrían estos de la sociedad civil? ¿Habría impedimentos para emplear a profesionistas salidos de las dependencias históricamente cuestionadas por violar los derechos humanos? ¿Es sólo el presidente quien se encargará de nombrarlos?

c) Esclarecer conceptos tan añejos pero tan ambiguos a la hora de llenar requisitos para los nombramientos como lo es, por ejemplo, el que sean de “reconocida honorabilidad”.

d) Transparentar-por las mismas razones- el nombramiento de las personas que integrarán el consejo. Por una parte, buscar una reforma mediante la cual se le quite también esa facultad al gobernador y, por otra, que llegado el caso, el consejo defina criterios de selección de los miembros de ese consejo.

e) Paulatinamente buscar una ciudadanización real de la CEDH; es decir que este organismo mantenga cada día mas una distancia con respecto al poder de Estado y que esa distancia- en contraposición a una indefensa y complaciente apéndice como lo es ahora- se traduzca en una recuperación de la presencia pública que necesita tener la comisión para que se crea en ella y la sociedad civil se vea en verdad representada ante los abusos de autoridad.


Derechos Reservados.
Miguel Ángel Avilés.





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